lunes, 4 de mayo de 2009

Bolivia

Horizonte petrolero
-www.laprensa.com.bo- Análisis y Opinión

2009-05-03 09:38:57
Por: Róger Cortés Hurtado, Profesor universitario

En cuanto a los críticos y analistas del rubro, su criterio suele estar tan parcializado que es poco lo que aclaran. Algunos tienen tan hipotecado el pensamiento y el bolsillo…
Casi todo lo que tiene que ver con hidrocarburos es importante, porque hace a una de las áreas más sensibles de los grandes desequilibrios que han concurrido para montar la crisis global. Ya sea como productores, como consumidores o, en nuestro caso nacional, como ambos, las noticias o análisis de lo que ocurre y lo que se espera podrían resultar sencillamente apasionantes, porque han afectado, afectan y afectarán nuestra vida familiar y personal de forma directa y casi inmediata. Sin ir muy lejos, la disminución de los precios ha empezado a afectar seriamente a los ingresos fiscales y eso acarrea inevitables recortes presupuestarios de prefecturas, municipios, universidades y, en general, del Estado, poniendo techo a las expectativas de crecimiento e ingresos de toda naturaleza. Pero ocurre que aun cuando la avidez de conocimiento que tengamos sobre petróleo o gas sea mayor, estamos casi obligados a conformarnos con minúsculas e insuficientes migajas informativas, porque ya sea CNN o Telesur carecen de espacios que se ocupen de los exportables que salen del continente y menos que analicen tendencias y proyecciones; lo mismo se aplica a todo tipo de publicaciones, excepto a las que se ocupan de manera especializada del tema con un enfoque y lenguaje que resultan herméticos para el que no es un iniciado. En cuanto a los críticos y analistas del rubro, su criterio suele estar tan parcializado que es poco lo que aclaran. Algunos tienen tan hipotecado el pensamiento y el bolsillo con sus compromisos con algunos de los inversores que en vez de datos y análisis se limitan a transmitirnos angustias y pesares. Concentrados en hacer funcionar la usina de pesimismo y reproches, pasan por alto reflexionar sobre que la caída de los precios ha permitido a los consumidores estadounidenses un ahorro de al menos 282.000 millones de dólares, casi un 40% del primer paquete de ayuda a los bancos. Esta caída desincentiva la inversión, porque a precios de 40 dólares el barril el negocio es rentable sólo para Arabia, Rusia y China. Para mantener constante una producción de 1.000 millones de barriles diarios e impedir que la disminución actual del 6,7% llegue al 9% se necesita una inversión mundial de unos 450.000 millones de dólares, para lo cual los precios tendrían que estar entre 80 y 90 dólares el barril. ¿Quiénes pueden y tendrán que hacerse cargo de esa inversión? Las grandes compañías que hoy, a diferencia de lo que pasaba hace 40 años, son principalmente estatales y controlan el 61% de las reservas. En los años 60 del siglo pasado, el 85% estaba controlado por las petroleras transnacionales. Tal realidad contrasta duramente con las opiniones de la mayor parte de nuestros especialistas nativos, según los que nuestras oportunidades y posibilidades de proveedor energético regional han sucumbido y sólo nos queda llorar. La verdad es muy distinta: la sed energética apenas comienza y compañías como PDVSA o Gazprom, con las que tenemos convenios, son grandes jugadores y socios de grandes perspectivas potenciales. En tanto se consiga avanzar en la recuperación económica, los precios de los hidrocarburos harán lo mismo con mucha rapidez. Nuestro problema radica en que esas perspectivas no nos resultarán beneficiosas si no se toma la decisión de modificar rápida y radicalmente la situación de YPFB, tan golpeado por la corrupción e ineficiencia. Si los proyectos más urgentes como el “secado” del gas están paralizados, los de mayor alcance resultarán casi inaccesibles.

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